Reflexiones sobre la utilización del crédito. tesorería y disponibilidad.

Reflexiones sobre la utilización del crédito. tesorería y disponibilidad.

Reflexiones sobre la utilización del crédito. tesorería y disponibilidad.

Este artículo es consecuencia de una conversación en torno a los artículos anteriores sobre las ratios de Tesorería (Realizable + Disponible /PC) y Disponibilidad (Disponible / PC). En ellos defendía la necesidad de considerar el valor del posible crédito disponible como mayor importe de la cuenta de tesorería. Pero quizás faltó el ejemplo numérico que ayudara a su mejor comprensión. (Recordemos que crédito y préstamo no son sinónimos).

En el análisis del balance, a menudo nos preocupa la reducida cifra de tesorería que aparece en nuestro activo…

…Pero antes de “pre-ocuparnos” debemos “ocuparnos” (Disculpen el juego de palabras).

Hoy en día (año 2011) el funcionamiento financiero ha variado significativamente respecto de hace 20 ó 30 años. Las economías desarrolladas tienden a sustituir el disponible en tesorería por la utilización de pólizas de crédito para cubrir sus necesidades de efectivo. Entonces ocurre que el saldo de tesorería según balance tiende a ser nulo lo cual repercute en unos valores de la ratio de disponibilidad “alarmantes”.

Para evitar una interpretación incorrecta de esta ratio debemos considerar como disponible, no únicamente el disponible en tesorería según balance, sino también el disponible en póliza de crédito. O lo que es lo mismo el crédito no utilizado.

Nada mejor que un ejemplo numérico para ver la idea.

Supongamos una empresa que presente los siguientes saldos y tenga disponible saldo en su póliza de crédito por importe de 45,-€.

Existencias

180

180

Clientes

175

175

Tesorería

5

50

Crédito disponible

(¡tesorería al fin y al cabo!)

0

45

Total AC

360

450

Financiación a C.P.

180

180

Crédito dispuesto

0

45

Total PC

180

225

¿Cuáles son los valores de sus ratios según se considere o no esta disponibilidad?

Liquidez

AC / PC

2,00

2,00

Tesorería

Realizable + Disponible /PC

1,00

1,00

Disponibilidad

Disponible / PC

0,03

0,22

Si no tenemos en cuenta el crédito disponible, nuestra ratio de disponibilidad es “horrorosa” (=0,03)

Sin embargo, cuando incorporamos ese crédito disponible nuestra ratio de disponibilidad es bastante aceptable (= 0,22). Recordemos que el objetivo [ideal] se sitúa en torno a un valor próximo a 0,3.

Desde luego no se trata de maquillar nada, sino de analizar la imagen más real posible. ¿Cuál es la imagen más real? ¿Aquella que considera la posibilidad de utilizar una financiación ya otorgada y disponible o aquella que se “olvida” de esa disponibilidad? Supongo que todos convendremos que la imagen más fiel es la que incorpora ese crédito.

¿Por qué sumar el crédito disponible en tesorería y simultáneamente como mayor deuda de pasivo corriente?

Si consideramos como tesorería el crédito disponible debemos también considerar que ese crédito pasará a ser crédito dispuesto y en consecuencia deuda exigible en el corto plazo.

¿Por qué utilizar crédito disponible en vez de tesorería “propia”?

Este siglo se está caracterizando (de momento) por unos tipos de interés muy reducidos.

Si nuestro negocio es eficiente es capaz de generar un rendimiento superior al tipo de interés normal de mercado.

Dado que el dinero (como financiación) es un bien escaso, hemos de ser eficientes en su utilización.

La máxima eficiencia la obtenemos de su inversión en activos empresariales (corrientes y no corrientes) de rendimientos elevados. Estos activos “absorben” nuestra tesorería, ya que “invertir” en tesorería no ofrece un rendimiento elevado.

Entonces, las necesidades puntuales de efectivo podemos cubrirlas tomando prestado por unos días la cuantía de efectivo que necesitamos. Estas necesidades puntuales se cubrirán con saldo disponible de crédito (que pasará a ser dispuesto).

Obviamente este dinero en préstamo tiene un coste (el tipo de interés) que hoy podemos cifrar en torno al 4 ó 5%. Si nuestros activos rinden el 15 ó 20% es evidente que conviene más invertir en activos “rendibles” antes que en tesorería, por lo que nuestro efectivo tiende a desaparecer.

En conclusión,

¿Debemos considerar siempre como disponible también el importe de crédito no utilizado?

Si, sin duda … y también incorporar en el pasivo corriente ese importe

y ¿qué ocurre cuando no disponemos de esa información?

Que hemos de ser conscientes que podemos estar equivocándonos significativamente en la evaluación de ese aspecto.

Y ¿cómo podemos solucionarlo?

A veces, si disponemos de varios ejercicios, a través del análisis de tendencias podemos llegar a intuir que la empresa está trabajando con créditos y sin efectivo “propio”.

Pero poco más si no disponemos de la información exacta.

 

Saludos

Raimon

 

Última revisión: 25 de agosto de 2011.

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