La contabilidad es útil y necesaria (2)
En mi post anterior comentaba la necesidad que tiene toda empresa de llevar bien su contabilidad.
Si nos centramos en las pequeñas y micro-empresas podemos afirmar, con bastante rotundidad, que lo habitual es disponer de una contabilidad financiera oficial más o menos al día que nos permite hacer una cierta gestión de tesorería mediante el control de cobros y pagos pendientes/vencidos. También nos permite preparar las distintas auto declaraciones fiscales (iva, irpf, etc) y preparar las cuentas anuales al final del ejercicio. Incluso, en muchos casos acudimos a un asesor fiscal para que nos ayude en nuestra gestión fiscal. Pero usamos esa información contable para poco más.
Sin embargo, a menudo olvidamos que si tenemos la contabilidad bien hecha, tenemos ya casi toda la información necesaria para el buen gobierno de la empresa.
En efecto, la información que ha recogido la contabilidad, correctamente analizada nos ayudará a entender mejor la situación en la que nos encontramos. Por ejemplo ¿Por qué estamos en la situación que estamos y no en una mejor?¿Qué frutos (rendimiento/resultado) han dado las decisiones tomadas?. Analizar qué hemos hecho bien y qué no, nos permitirá prepararnos mejor para afrontar el futuro.
La preparación del presupuesto se basa en la situación económica actual que se refleja en las cuentas anuales redactadas por la contabilidad. Si disponemos de un presupuesto (mapa de ruta) sabremos si vamos en la dirección adecuada o no y podremos tomar las decisiones oportunas con mejor y mayor conocimiento.
¿Por qué nos preocupamos de obtener diagnósticos y tratamientos para nuestras dolencias personales y no de las de nuestra empresa? ¿Por qué nos preocupa la salud fiscal y no la salud económica y financiera de nuestra empresa?¿Por qué acudimos al “médico” fiscal y no al “médico” del balance, de la cuenta de resultados y de tesorería? La respuesta fácil probablemente es que todos somos conscientes que si nos equivocamos con el fisco podemos “sufrir” una inspección y tener que afrontar una sanción pecuniaria más o menos elevada.
Pero, ¿Qué pasa si no detectamos a tiempo los síntomas de deterioro de nuestro balance o de nuestra cuenta de resultados o…?. La respuesta, aunque a menudo no la tenemos presente, es más fácil aún, la enfermedad puede extenderse fácilmente y poner nuestra “salud” empresarial en entredicho.
Por ejemplo, ¿sabía Usted que la mayor parte de las suspensiones de pagos se inician en una “suspensión de cobros”?. Cuando se produce un incobrado hay que aplicar nueva financiación rápidamente para “tapar ese agujero”. Pero esa nueva financiación probablemente estaba destinada a otra finalidad que ahora ha quedado descubierta. Es necesario estar muy atento para evitar el efecto dominó que podría desencadenarse. ¿Qué ocurre si hay un degoteo constante de incobrados?. Es evidente que la enfermedad se puede convertir más o menos fácilmente en mortal.
En resumen, necesitamos la contabilidad para poder saber en todo momento dónde estamos. A partir de este conocimiento podremos realizar las siguientes tareas de análisis, planificación y control. Tareas básicas e importantísimas para poder dirigir mejor nuestra empresa.
Saludos
Raimon
Última revisión: 1 de noviembre de 2010.
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