El equilibrio patrimonial
El post de hoy surge como una reflexión a la pregunta ¿Cuándo se considera que hay un correcto equilibrio patrimonial?
En principio, la teoría nos dice que para que exista equilibrio patrimonial deben cumplirse los siguientes requisitos:
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El activo corriente debe ser aproximadamente el doble del pasivo corriente para evitar así problemas de liquidez. Es decir, AC = 2PC (o entre 1’8 y 2)
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Disponible y realizable deben cubrir el valor del pasivo corriente. O lo que es lo mismo, el activo corriente, descontadas las existencias debería prácticamente cubrir el pasivo corriente.
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Para evitar que el endeudamiento comprometa la solvencia empresarial el patrimonio neto debe suponer entre el 40 y el 60% de la totalidad de la financiación obtenida. Digamos que una situación estable está en torno al 50 de capitalización, que un 60% será un perfil algo conservador y que el 40% será algo arriesgado.
De ellos se deduce que el activo no corriente debe financiarse con financiación a largo plazo.
Bajo la hipótesis de que existe una cierta homogeneidad en cuanto a rotación de activo y pasivos corrientes, estos requisitos llevan a la necesidad de un fondo de maniobra positivo.
Recordemos que el fondo de maniobra se define como la parte de fondos financieros de vencimiento en el largo plazo que está invertida en elementos de activo corriente.
Analicemos el por qué estos requisitos.
Del primer principio (AC = 2PC) obtenemos la consecuencia de que el Fondo de Maniobra (FM) debería ser prácticamente lo mismo que el PC. Recordemos que el fondo de maniobra es la parte de financiación a largo plazo que está financiando activos corrientes.
FM = Financiación largo plazo – Activos No Corrientes.
O lo que es lo mismo:
FM = AC – PC (podemos observar el gráfico para verificar la igualdad)
Si
AC = 2 PC
entonces
AC = PC + PC
Que sustituyendo en nuestra definición del FM
FM = AC – PC = (PC + PC) – PC => FM = PC
Entre el primero y el segundo requisitos diremos que el FM debe aproximarse al valor de existencias.
De nuevo, en base al segundo criterio:
AC – Exist. = PC
Como en aplicación del primero:
AC = PC + PC
Entonces:
PC + PC – Exist. = PC
De donde
PC = Existencias
En consecuencia nos está proponiendo, que las existencias, aún y ser activo corriente, deberíamos financiarlas con largo plazo.
Dicho de otra forma, si tenemos un AC que genera líquido disponible más rápido que la velocidad de vencimiento del exigible a corto plazo, entonces tenemos “tranquilidad” porque todo apunta que podremos atender en plazo el pago de nuestras obligaciones.
Y supongo que estaremos todos de acuerdo que la mejor manera de gestionar es “tranquilamente”, así que ¡Vamos bien!.
Además, para llegar al Largo Plazo es necesario superar una sucesión de cortos plazos ( “Pero Grullo dixit”)
Vamos con el tercero, los fondos propios del 60% nos indican una política “conservadora” o poco arriesgada, mientras que el 40% nos hace estar más pendientes de los vencimientos de la deuda.
Si son del 90% entonces entendemos que estamos perdiendo posibilidad de obtener mejor retribución para los fondos propios (rentabilidad)
Si nos endeudamos más allá del 40% posiblemente estamos incurriendo en un riesgo que nos obligue a estar muy pendientes, particularmente en momentos de crisis. Recordemos que en crisis se reducen las rotaciones y los márgenes. Como rendimiento es el producto de rotación y margen el problema está asegurado.
Además, el tema de la financiación es muy distinto en función de la calidad de la deuda.
No es lo mismo todo deuda a largo plazo que todo a corto plazo.
Ni toda la deuda con proveedores (pasivo espontáneo) que con bancos (pasivo expreso).
En cualquier caso, este requisito pretende evitar que el servicio de la deuda nos obligue a la toma de decisiones cortoplacistas orientadas a obtener efectivo suficiente para atender los vencimientos. Pretende evitar la excesiva injerencia de la deuda en la gestión empresarial.
Estos requisitos, durante los últimos años de bonanza económica (digamos hasta 2007) los han incumplido todos los agentes económicos (bancos, empresas, consumidores)
…Y así nos va!
Encontrar empresas con una capitalización del 40% era (es) muy difícil.
Quizás, salvo las empresas familiares conservadoras (normalmente 1ª y 2ª generación) no encontraríamos más de 2.
De hecho lo normal era que los bancos no se “preocupasen” en capitalizaciones superiores al 25% y diesen financiación incluso a capitalizaciones del 20% (¡y a menudo inferior!). Ojo, obviamente pedían garantías adicionales tales como vincular patrimonios personales a la financiación empresarial.
Pero la capitalización empresarial era muy reducida.
“Jugaban” a la realización de grandes plusvalías (y no sólo inmobiliarias)
Y claro, si se dispara el endeudamiento, cumplir los parámetros de proporcionalidad del activo corriente respecto del pasivo corriente es harto complicado.
Así que es cierto, durante estos últimos años no se han cumplido, pero ¿Eso hace que los principios no sean válidos?
En mi opinión la crisis actual está confirmando la vigencia de estos requisitos. El estudio de los parámetros de gestión utilizados en las empresas que están capeando mejor la crisis nos indica que en su momento fueron “prudentes” y mantuvieron el cumplimiento de tales indicadores.
Saludos
Raimon
Última revisión: 5 de noviembre de 2012
Bajar el texto del mensaje en formato pdf: 153_Equilibrio patrimonial
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