Planificar el ejercicio 2011

El año 2010 ya se acaba.

¿Cómo nos ha ido?

Probablemente peor de lo que esperábamos.

¿Qué hemos hecho para que nos fuera mejor?

Normalmente NADA, solo pensar que ya vendrán tiempos mejores y cada día batallar en la misma dirección que el día anterior y que el siguiente.

Y tal como ya dijo Albert Einstein

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”

¿Cuántas de las PyMes que conocemos han (hemos) hecho un presupuesto de actividad para el 2011?

¿Por qué no planificamos lo que esperamos de este año que pronto va a empezar?

Si no lo hacemos, lo más fácil es que nos vaya como el 2010, es decir, [bastante] peor de lo que nos hubiera gustado.

Volvamos con Albert Einstein, que no se hizo famoso como empresario, pero que decía cosas interesantes como:

“La formulación de un problema es más importante que su solución.”

Aplicado a lo que hoy nos ocupa, significa que, si anticipamos la situación empresarial, podremos determinar si ese rumbo nos conviene o no, y tomar las decisiones oportunas para poner rumbo al mejor de los escenarios que podemos anticipar.

Si nos paramos a pensar ¿Qué rumbo llevamos? Es seguro que podremos determinar, con mayor o menor acierto, la situación en que nos encontraremos mañana, la semana que viene, el mes que viene, etc.

¿Es esa la situación que deseamos?

¿Nos conformamos con esa situación?

¿Podemos potenciarla?

¿Podemos modificarla?

¿Cómo?

¡ACTUEMOS PARA MEJORARLA!

Esa planificación necesaria debe, no sólo referirse al largo plazo (¿dónde estaremos en diciembre del 2011?), sino también planificar el corto plazo. El detalle de la planificación para enero será muy superior a la de septiembre. Primero porque enero se nos cae encima y segundo, porque según nos vaya habremos de corregir en febrero, marzo… hasta alcanzar septiembre.

Y la planificación de enero deberá especificar:

¿Qué volumen de ventas queremos alcanzar la semana 1?

¿Cuál la 2?

… ¿Qué recursos (materias primas, horas de trabajo, etc) necesitamos para alcanzar ese volumen? Etc.

Es decir, un presupuesto detallado al máximo para el primer mes.

Igualmente el presupuesto de tesorería para anticipar tanto los posibles superávit como déficits.

Porque si sabemos donde vamos sabremos si estamos en el buen camino.

Si hemos preparado un presupuesto detallado podremos controlar cómo nos está yendo. Y si disponemos de un buen presupuesto y de un buen mecanismo de control, entonces, cuando el viento no sople según lo previsto sólo hará falta cambiar la orientación de las velas y realizar distintos bordos para mantener el rumbo deseado.

Porque de acuerdo con dos proverbios japoneses:

“no hay peligro para el que está bien preparado” y

“La lluvia sólo es un problema si no te quieres mojar.”

Asi que, a riesgo de ser reiterativo,

¡ACTUEMOS!

Planificación y control nos permitirán mejorar nuestro futuro.

Saludos

Raimon

Última revisión: 13 de diciembre de 2010.

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