¿Es útil el EBITDA?

¿Qué es el EBITDA?
EBITDA es el acrónimo de la expresión inglesa Earnings Before Interest, Taxes, Depretiation and Amortization. Que en castellano conocemos como Beneficios Antes de Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones.
En los últimos años ha adquirido gran relevancia como medida de la rentabilidad y sobre todo como referente en la valoración de empresas.

Pero ¿Cuándo es útil?
En mi opinión, el EBITDA es una referencia que puede ser útil para valorar la gestión realizada por el director de una sección o departamento de la empresa.

Y puede ser útil cuando este gestor no tiene poder de decisión en cuanto a las inversiones en activos fijos y menos aún en cuanto a la forma de financiación de los mismos.

Entonces, si no tiene capacidad decisoria en esos aspectos, ¿Por qué imputarle sus costes cuando valoremos su gestión?

En estos casos entiendo que el EBITDA es útil como medida de la correcta gestión de los recursos (presupuesto, etc) entregados al responsable del departamento. Pero se trata del EBITDA del proyecto (o sección, o departamento en concreto), nunca del EBITDA total de la empresa.

Lamentablemente el EBITDA últimamente (años 2000) se ha utilizado también como referencia al cuantificar el valor de una Compañía. ¡Pero esto ya no es correcto! (o no debería serlo).

Al valorar la Compañía en su conjunto debemos tener en cuenta la inversión en activos fijos y cómo se ha financiado dicha inversión. En otro caso no estamos valorando “el conjunto”. Si queremos valorar la compañía en su conjunto hemos de considerar la totalidad de los ingresos y la totalidad de los gastos.

Como gerentes de la Compañía no podemos pretender que se nos valore diciendo algo tipo “soy tan buen gestor que este año he conseguido duplicar el resultado operativo antes de amortizaciones y gastos financieros”.

No parece lógico valorar el [gestor del] negocio sin tener en cuenta la totalidad de los gastos. El resultado del ejercicio seguro hubiera sido otro si no hubiera dispuesto de los activos fijos ni de la financiación. Y el gerente sí tiene poder para tomar decisiones en torno a estas masas patrimoniales.

Es obvio que al tal gestor en determinadas ocasiones puede convenirle el “apaño”. Se me ocurre como ejemplo cuando alguna compañía telefónica adquirió unas licencias de UMTS por una “millonada” y la gerencia optó por publicitar su EBITDA.

¿Por qué actuó así?
Veamos, esta actuación le permitió:

* Desviar la opinión pública del hecho real de haber realizado una inversión desastrosa que debería imputarse como gasto del ejercicio antes que como inversión.
* Mantener tal “inversión” en su activo fijo e imputar como gasto del ejercicio únicamente la cuota amortizativa correspondiente. Recordemos que una inversión lo es en tanto en cuanto es capaz de generar rendimientos futuros.
* Evitar que se conozca el coste financiero de tal “inversión”
* Como consecuencia de esta “ingeniería” se mantuvo el valor de la compañía en bolsa y, para la gerencia más importante todavía, mantener su derecho a los bonus pactados.

¿Quiere todo esto decir que el EBITDA no sirve para nada?

No, en absoluto, únicamente pretendo destacar que el EBITDA no es la piedra filosofal.
Es un indicador más que en determinados casos puede ser de gran utilidad, pero del que debemos tener muy presentes sus limitaciones.

Saludos

Raimon

Última revisión: jueves 14 de octubre de 2010

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